miércoles, 26 de octubre de 2011

nunca dejarán de ser











"Empecé a comprender que los intelectuales de las ciudades del mundo estaban divorciados de la sangre de la gente de su tierra y no eran más que unos estúpidos desarraigados, aunque fuera una estupidez permisible, unos estúpidos que, de hecho, no sabían vivir. Empecé a verme de un modo nuevo, como una sombra más verdadera, capaz de ocultar toda aquella basura mental del "existencialismo" y la "modernidad" y la "decadencia burguesa" o cualquiera de los nombres que se le quieran dar".
Jack Kerouac, La vanidad de los Duluoz.

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